miércoles, 26 de diciembre de 2007

sábado, 22 de diciembre de 2007

El Amor de Dios

¿Puede alguno, creyente o profano, amar como Dios ama?
Dios es amor, esta escrito en las Sagradas Escrituras, que lo sepan
todos los seres humanos. Su amor es bienestar, es alegrìa, es verdadera paz para
el alma. Amar a Dios, es bueno para toda criatura, pero no hay que olvidar,
que El amo a la humanidad primero, claramente lo dice La Biblia.

El amor de Dios, no hace nada indebido, nunca deja de ser; no es vanidoso,
por donde pasa se hace sentir en el corazòn, y va dando frutos, hay prosperidad en el espìritu de la criatura que le recibe. Nacer de nuevo, pasar de profano a creyente,
o sea, de muerte a vida. El amor de Dios empieza a obrar en el, todas las cosas
las ve distintas. La vida es plétora de gozo, y lo exterioriza hacia fuera a
los que le rodean, sus semejantes. Todo esto se produce porque el amor de Dios
a hecho su morada en el corazòn y en la mente de la criatura. Ahora es verdadero hijo de Dios.

El amor de Dios, todo lo sufre, y con mucha paciencia, todo lo soporta; jamàs es jactancioso. En el no hay injusticia, su poder es la verdad.
Amar, como Dios ama, la vida del hombre se prolonga en la eternidad.
Su Hijo, Jesucristo, lo ha demostrado, hoy esta con Dios su Padre, en la Gloria.
El ama de la misma manera, como lo hace su Padre, cuando estuvo viviendo entre los hombres en este mundo y ahora desde los cielos. El, primero ama al mundo, en su pròjimo, y después enseña a que los que crean en El, haga lo mismo; por eso dice: “Yo soy el Camino.” O sea, sigan mis huellas, por eso esta escrito igualmente en Las Sagradas Escrituras, que dijo: “ejemplo os he dado”. Porque el Amor de Dios es acto, es un movimiento constante, a esto se le llama vida espiritual, en las iglesias cristianas, nunca puede estar en estado pasivo si esta viviendo en el creyente el amor de Dios. Porque Dios, en su Hijo estuvo siempre activo. Amar es actuar. El que hace lo que
Dios manda tiene vida. El que no ama esta muerto, por eso no es activo. ¡Aunque
Crea que ama a Dios! El que no ama a su projimo que lo puede ver, ¿còmo puede
Pensar que ama a Dios que no puede ver? ¡¡Porque Dios es espìritu !!
Debe tenerse presente: Todo ha de acabar, pero el Amor permanece para siempre.
El amor de Dios, es semejante a un dispendioso (costoso) perfume, creado por el mas sabio de los perfumistas, cuya suave fragancia cautiva el olfato de la mas exigente
criatura, y este bálsamo seduce el alma, llenando de luz el espìritu del humano que vive esto, y de gozo, que no se puede escribir con palabras.
¡Oh, tan precioso y suave es el aroma de su amor, que ya es deseado por todas las naciones!
¡Bendito Amor de Dios! ¡Toda alma viviente desee ser amada por Dios, así como
Dios ama a todo ser viviente! ¡Toda criatura, ame a su pròjimo como a si mismo!
Amarlo sin considerar sus defectos o sus virtudes. Porque en cada uno de estos pequeñitos vive alguien muy grande, y se llama Dios.

¡Toda la humanidad que ama así, tiene vida eterna, en el Dios de Amor!

Testigo Fiel

El Amor de Dios

¿Puede alguien creyente,
o profano seguro,
amar, como Dios ama,
Siendo El, Uno
solamente?

Su amor: inspira
al torpe poeta,
que con su pluma
escribe prosas; o cantar
el trovador, con su lira.

Dios es amor
dice: y suspira emocionado,
cuando vio que la espuma
de mar, tiene vida de Dios,
y repite extasiado:


¡Oh, cuanto amor!
en la flor de la llanura,
Cuando palpa su delicada textura,
O cuando huele su fragante aroma,
Con hermosa ternura.

O cuando las aves cantan
sus melodiosos trinos.
Cantan alegres a la vida
que de Dios a ellos vino, y
al volar, en el aire danzan.

¡Cuan grandioso amor!
que al alma inspira.
Lo dice el poeta:
Escribiendo con su pluma,
o cuando canta el trovador, con su lira.

Luego: Sonrìe y salta de alegrìa.
Alza los brazos al cielo,
y tratando de alcanzar,
una nube blanca arriba, que
tambièn, tiene vida.

Mas el oscuro profano,
En su ego, confundido,
Solo busca y busca en vano,
luz para su camino, en su
dolor de muerte. Y ¡ perdido!

No se da cuenta que Dios,
Su mano tiene extendida
Para sacarlo a la luz
Del camino de la vida,
Que se encuentra en Jesús.


Sea todo ser humano,
Por Dios iluminado.
Como el poeta que canta,
A la vida, al amor, a la esperanza.
por ser un bienaventurado

Amar sin ser amado,
Como Cristo amò desde la cruz,
Porque el hombre, ahì lo ha clavado.
¡Santo amor de Dios a su Hijo
Han crucificado !


TESTIGO FIEL

domingo, 2 de septiembre de 2007

LA VINOLENCIA Y EL VINOLENTO

Estas palabras son, quizás, desconocidas como medio de comunicación en nuestro idioma; sin embargo, sin darnos cuentas, son muy comunes en nuestro diario vivir para muchas personas que están cautivas de estas; como veremos a continuación.

La palabra vinolencia quiere decir: Exceso en el beber vino. O sea, beber mas allá de lo normal, si pudiéramos decirlo así, de la capacidad que pueda resistir el organismo sin dañar su buena y normal digestión.

Y la palabra vinolento se refiere a la persona que padece esta obsesión, o sea, que es dada al vino, que no puede estar tranquila sin libar este néctar de los dioses, así le llaman algunos, para endiosar y envalentonar a los mas pacatos para que se lancen de cabeza al frasco. Nosotros debiéramos llamarle: Narcótico de Satanás; por las consecuencias malignas que produce su efecto una vez sedado el organismo, por el alcohol que este posee. La vinolencia puede producir intoxicación y en algunos casos ser fatal.

Si decimos vinolento suena mas bonita esta palabra, es mas elegante, le da mas estatus al beodo, que decirle ebrio, embriagado, bebido, borracho, curda, achispado, etc., etc.; podríamos agregar muchos mas apelativos, pero no es momento para esto.

Para poder escapar de este mal el vinolento tiene tres maneras de lograrlo; esto lo decimos a manera de sugerencia: a) Consultar un buen facultativo, y que lo ponga bajo un buen tratamiento. b) Hacerse socio de un club de abstemio, y ser ayudado por estos. y c) Ponerse en las manos de Dios, que lo puede sanar para siempre de este mal sin volver a reincidir. Y en esta última posibilidad nos atrevemos a garantizar la efectividad total; no desmereciendo las anteriores.

Dios, quiere librar al hombre de las diferentes trampas que le pone Satanás el diablo. Este engañador, usa sus artimañas, para adormecerle la mente al hombre y alejarlo del amor eterno de Dios hacia su obra perfecta que es la raza humana. ¿Quién puede medir la insondable profundidad, altura y longitud de amor que está dándonos este Dios y Padre de nuestro señor Jesucristo? La palabra de Dios, es una Ley, tiene fiel cumplimiento. Cada promesa hecha por él, es y será una realidad. El nos dio a su Hijo. Leamos que nos dice su palabra en San Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Cuando alguien ama de esta manera, como lo hace Dios, y como lo hizo Jesús, dan ganas de extender nuestra mano y estrechar la de él, y decirle: Dios creo en todas tus promesas, porque hasta aquí se han ido cumpliendo, creo también en las que faltan por cumplirse. Como prueba de esto que estamos diciendo, leamos lo que dijo Jesús: Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. (San Juan 15:13). Cuando dice uno, está hablando de él mismo. El muere por nosotros los que creemos en su nombre. Nos libera de todos los males que nos aquejan, del pecado, de los vicios, regenera nuestras vidas, nos hace nuevas criaturas, y nuestras vidas son y serán distintas, alegres junto a los nuestros. El puso su vida por nosotros, él murió por nosotros, y resucitó por nosotros, para no dejarnos solos; y cuando se fue hizo una promesa: No os dejaré huérfanos, vendré a vosotros. (San Juan14:18) Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre (El Espíritu Santo). (San Juan14:16).

Si Dios nos ama así, entonces, acerquémonos con confianza, y hagámonos amigo de él. Pidámosle que nos sane de nuestros males que nos aquejan. Escrito está: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores”(Isaías53:4).

También Dios quiere hoy que conozcamos algunos pensamientos revelados a los hombres a través de los tiempos por medio de Las Sagradas Escrituras, en relación a este vicio que es el vino y sus consecuencias:
“El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, y cualquiera que por ellos yerra no es sabio”. (Proverbios 20:1)
“No mires el vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente; mas al fin como serpiente morderá, y como áspid dará dolor.”(Proverbios 23:31 y 32).
Y para concluir, leeremos lo que dice este mismo rey: “No estés con los bebedores de vino, ni con los comedores de carne; porque el bebedor y el comilón empobrecerán, y el sueño hará vestir vestidos rotos”(Proverbios 23:20 y 21).
“Oye, hijo mío, y se sabio, y endereza tu corazón al camino”(Proverbios23:19).